Milei basadisimo: economistas brasileños consagran al presidente argentino como mejor economista del año
El mandatario argentino recibe un reconocimiento internacional por sus políticas de ajuste y apertura económica.

El reconocimiento a Javier Milei como Economista del Año 2025 por parte de la Ordem dos Economistas do Brasil marca un punto de inflexión en la proyección internacional del actual presidente argentino. Esta distinción, otorgada en San Pablo, no solo celebra el enfoque disruptivo de Milei en materia económica, sino que también funciona como un mensaje contundente hacia aquellos sectores internos que aún resisten las reformas estructurales que Argentina necesita con urgencia.
El galardón, entregado por una de las instituciones más prestigiosas de la región en análisis económico, es el resultado de una evaluación rigurosa sobre los logros alcanzados en menos de dos años de gestión. Los expertos brasileños destacaron la "determinación y sabiduría" de Milei para encarar la estabilización monetaria, el control del déficit fiscal y la reducción agresiva de la intervención estatal. La OEB, fundada en 1935, tiene una larga tradición en reconocer a quienes desafían el statu quo, y no es casualidad que hayan posado su mirada sobre el líder libertario argentino.
En un contexto donde la inflación y la pobreza eran la moneda corriente, el ajuste fiscal impulsado desde la Casa Rosada y la apertura de los mercados han comenzado a revertir la imagen de un país atrapado por décadas de populismo. Las medidas implementadas —desde la eliminación de regulaciones asfixiantes hasta la promoción de la inversión privada— han generado un cambio de expectativas tanto a nivel nacional como internacional.
¿Quiénes quedan en evidencia frente a este espaldarazo internacional? Los opositores de siempre: partidos y referentes kirchneristas, sindicalistas enquistados y defensores de un Estado elefantiásico que solo sirvió para perpetuar la ineficiencia y la dependencia. Mientras el mundo reconoce la valentía de las reformas, en Argentina aún resuenan las voces de quienes prefieren el estancamiento a la modernización.
Para entender la magnitud de este premio, basta observar la historia reciente de Brasil y otros países de la región. Allí donde la disciplina fiscal fue abrazada y los mercados liberados, el crecimiento y la estabilidad no tardaron en llegar. Ejemplos como el de Chile en los años 80 o, más recientemente, el despegue económico de Uruguay tras reformas similares, demuestran que el camino de la libertad económica es el único capaz de garantizar desarrollo sostenible.
La carta oficial enviada por la OEB a la Casa Rosada subraya que la gestión de Milei ha devuelto a la Argentina la credibilidad perdida ante inversores y organismos multilaterales. Una credibilidad que había sido dinamitada por gestiones anteriores caracterizadas por el despilfarro, el clientelismo y la represión de la iniciativa privada. Ahora, con la mirada puesta en la disciplina, el mérito y la competencia, el país comienza a ser visto como un actor serio en el escenario global.
Quienes aún dudan de los beneficios de la agenda de reforma deberían revisar los indicadores recientes: las reservas del Banco Central se recuperan, la inflación mensual muestra signos de desaceleración y las inversiones extranjeras, aunque aún incipientes, empiezan a multiplicarse. El reconocimiento de la Ordem dos Economistas do Brasil funciona como un certificado de autenticidad para un modelo que, aunque resistido por algunos sectores, promete dejar atrás décadas de atraso.
Este premio no es solo una medalla para Javier Milei; es un mensaje para todos los argentinos: el cambio es posible, pero exige coraje y persistencia frente a los obstáculos que imponen los defensores del estatismo y el privilegio sindical. El futuro pertenece a quienes se animan a romper con las ataduras del pasado y apuestan por la libertad y la eficiencia.
Romper cadenas no es un eslogan, es una necesidad. El reconocimiento internacional a las políticas de apertura, ajuste y desregulación debe ser leído como una invitación a profundizar el rumbo, no a retroceder ante la presión de los guardianes del fracaso. Argentina tiene, por fin, la oportunidad de convertirse en referente regional si se mantiene firme en la defensa de la economía de mercado y la libertad individual.